Llenaste

 

Llenaste pura, a el hombre ignorante

De nuevas verdades, desconocidos

Destinos me diste al abrazarme, joya.

 

En un laberinto de suspiros muertos

Fuiste mi suspiro vivo, aún que

También aprisionado por angustias

Inexplicables, llenas de presentimientos

De mensajes en claves desconocidas

Hasta entonces; que me ayudaste a descifrar

No siendo sino sólo angustiante tormento.

 

Hoy que te recuerdo me duele tu dolor,

Me siento sin lugar sin tiempo sin Dios,

Sin proyecto, extraviado, perdido

Y entre angustias aprisionado

Por suspiros que nunca escapan

Y por eso ahogan, ¡salvame!

Te pidiera, si quisiera salvarme

Pero no quiero.

Tal vez pudieras si quisieras

Darme otra vez nuevas verdades

Y de mi laberinto de suspiros,

Surgiría brotando de mi pecho

Un suspiro vivo, liberante el mismo

De la prisión de besos nunca

Dados, guardados para ti.